domingo, 16 de maio de 2021

Bienvenidos al Espiritismo del Siglo XXI

¿La autonomía prevé, protege y comprende la diversidad? ¿Diferentes perspectivas de la mirada espírita? La autonomía es la vigencia plena, superior, de la libertad, el más digno de los promontorios a que aspira el hombre y que el espiritismo contempla como jamás se ha visto en la historia de la Humanidad.

(Wilson García, en “Punto Final – El Reencuentro del espiritismo con Allan Kardec”)

                El lanzamiento, este mes, de la Colección Librepensamiento: Espiritismo para el Siglo XXI, iniciativa histórica y oportuna de CEPA – Asociación Espírita Internacional (véase reportaje de portada de esta edición), se insiere perfectamente en el movimiento de rescate del auténtico pensamiento de Allan Kardec: un fenómeno que está marcando el paso del Siglo XXI, en el ámbito espírita.

                La historia del espiritismo en el mundo presenta algunos aspectos curiosos que solo el tiempo puede explicar. Uno de esos aspectos es el contraste entre la prisa, resultado del optimismo personal de Kardec, en cuanto a su expansión, y los retrocesos y descaminos experimentados por el movimiento a lo largo de un siglo y medio de existencia.

                Concebido idealmente como una filosofía espiritualista, laica, porque no religiosa, y librepensadora, inserida en la cultura racional pos-ilustrada del Siglo XIX, el espiritismo real no tardó mucho para transformarse, diferentemente de lo que imaginara su fundador, en un sistema de creencias, una religión más, sucedánea del catolicismo. Se lo vio y trató, incluso, una corriente oficialmente adoptada por la más importante institución espírita brasileña, como un camino destinado a reformar la propia Iglesia Católica, considerada ésta como la institución elegida por Dios para rebañar y sintetizar todas las creencias del Occidente y, quizás, del mundo.

A la visión de un espiritismo caudatario del catolicismo, pretensamente unificacionista y hegemónico, se opuso filosófica y metodológicamente una institución fundada en Argentina, a mediados del Siglo XX: la Confederación Espírita Panamericana, hoy CEPA – Asociación Espírita Internacional.

                Identificando en el espiritismo una visión fundada en la existencia del espíritu – principio inteligente del universo – y adoptando algunos conceptos fundamentales,  que podría, sin embargo, ofrecer diferentes enfoques, incluso y provisoriamente el religioso, CEPA, a lo largo de sus 75 años de existencia, se caracteriza marcadamente por el estímulo al librepensamiento, al pluralismo, a la independencia y a la autonomía de las instituciones y de los adeptos del espiritismo.

                Librepensamiento, sin embargo, indica una postura mental que, incluso cuando adoptada por personas o instituciones religiosas, va, poco a poco, alejándose de los cánones que caracterizan la religión. Con absoluta propiedad, Allan Kardec dejó escrito:

                “El librepensamiento, en su acepción más amplia, significa: libre examen, libertad de consciencia, fe raciocinada; él simboliza la emancipación intelectual, la independencia moral, complemento de la independencia física; él no quiere más esclavos del pensamiento ni esclavos del cuerpo, porque lo que caracteriza el librepensador es que piensa por sí mismo y no por los otros, en otras palabras, que su opinión le pertenece particularmente. Puede, pues, haber librepensadores en todas las opiniones y en todas las creencias. En ese sentido, el librepensamiento eleva la dignidad del hombre; le hace un ser activo, inteligente, en lugar de una máquina de creer”. (R.E. – febrero 1867)

                Ese lúcido análisis corroboraría lo que ya había escrito el fundador del espiritismo:

                “Todo ser humano que no se guía por la fe ciega es, por eso mismo, librepensador” y “por esa razón, los Espíritas son también librepensadores” (destacado por nosotros – R.E./enero 1867).

Reuniendo esfuerzos que provienen de diferentes segmentos del espiritismo mundial, el siglo XXI parece crear el escenario para el rescate definitivo de la filosofía espírita, reconociéndose en ella esa identidad de raíz, tan menospreciada, obscurecida, e incluso negada, en los dos siglos anteriores.

Con el lanzamiento de su “Colección Librepensamiento – Espiritismo para el Siglo XXI”,  CEPA trae su contribución, vivida y madurada en sus 75 años de lucha en pro de un espiritismo laico, progresista y librepensador.

 

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